Parque Yamaguchi, Pamplona. Diciembre, 2014.
Caminar por las calles arboladas, sentir la dulce herida del tiempo en los parques: es ésta una ciudad que parece estar esperándote desde siempre sin que lo supieras, un lugar que no existía en tus sueños pero te esperaba, una insospechada página en tu libro. Apuras los últimos momentos en Pamplona, ese
cuarto de hora lento y a poca luz en que las formas orientales del parque
Yamaguchi empiezan a salir del sueño. El sol ilumina ya, a cinco minutos de
allí, los verdes espacios del campus de la Universidad de Navarra, donde crecen
por miles y decenas de miles los arces y los tilos, los cedros, los sauces, las
sequoyas y los ginkgos. Reflejos vegetales, poética de los parques.
(Diarios de viaje. Juan J. Vicedo)
(Diarios de viaje. Juan J. Vicedo)