bienvenido a la última puerta, más allá solo hay silencio

jueves, 30 de noviembre de 2017

De abogados y estanqueros

A veces alguien me pregunta cómo puede haber abogados que defiendan a violadores, asesinos, etcétera. En esos casos intento explicar todo aquello que a su vez me explicaron acerca de la presunción de inocencia (aunque todos los indicios lleven a la culpabilidad), el derecho a ser defendido en un juicio justo, etcétera otra vez. Últimamente, si quien me lo pregunta es fumador, le explico que esos abogados penalistas tienen tanto derecho a existir como los estanqueros que venden cigarrillos a pesar de que son conscientes de todas esas horribles advertencias que se insertan en la cajetilla: que el tabaco produce cáncer, muertes por enfermedades coronarias, etcétera por tercera vez.

A veces sin embargo imagino un karma y un infierno en el que todos ellos, abogados penalistas y estanqueros, se reunirán, y allí los letrados ofrecerán sus servicios a los estanqueros para intentar conseguirles una reducción de condena, servicios que los estanqueros querrán pagar con cigarrillos pero los abogados rehusarán, en parte por un tenebroso código ético y en parte porque están habituados al cobro en efectivo. En otra variante de ese infierno serán los abogados los que imploren ser pagados con cigarrillos pero a los estanqueros les habrá sido confiscada la mercancía por implacables guardianes.


sábado, 19 de agosto de 2017

Sol de medianoche en Ytra - Lón

A esas horas todos los barcos duermen en el puerto de Thórhöfn. Pero el sol no se pondrá. Lo veremos en su lento descenso hasta la línea horizontal en los pastos de Ytra - Lón, la granja donde nos alojamos, y el frío se apoderará de nosotros. Estamos muy cerca del paralelo 66, tan cerca que los contornos difusos del disco solar hacen que no llegue a ocultarse en este día que precede al solsticio. En ese momento mágico la luz baña los campos con un fogonazo rojizo y las siluetas de los caballos emergen como figuras de un sueño que no hemos terminado de soñar. Una pareja de gansos ha levantado el vuelo. La hierba brilla. Las paredes blancas de la granja deslumbran al mirarlas. Son las doce, el cambio de guardia, suena Dylan en mi mente. Nada queda por decir, nada por sentir, nada por hacer, la circunferencia del tiempo lleva nuestros pasos hasta la habitación número 8, la más cercana al río.

(Diarios de viaje. Juan J. Vicedo)

Ytra - Lón, Islandia. 19 junio, 2017

Si no puedes ver las fotos pincha el enlace https://www.youtube.com/watch?v=tlxDBlcEHBg&feature=youtu.be

sábado, 22 de abril de 2017

Piedrasantas









Corría el año 1917 y Manolete, el molinero, volvió con bien del servicio militar en Marruecos. No era cosa de broma, que allí, en el África española, las balas silbaban sobre las gorras de los soldados, y su prometida, Clarilla, cumplió con la promesa de dedicar una misa a la Virgen de Piedrasantas. Aquel día Manolete y los mozos de su quinta sacaron de la ermita a la Virgen y la llevaron en procesión por el camino que lleva al Cercado de Cristo, y desde entonces y hasta hoy "la función de los soldados" se ha seguido celebrando en Pedroche, mezcla de devoción religiosa, tradición sentida y rito de iniciación para los jóvenes del pueblo, incluso en estos tiempos en que las "quintas" son solo una palabra vacía de contenido y la milicia algo que ya no toca a la puerta de cada familia pidiendo a sus hijos.

El Lunes de Pascua de este año se ha cumplido el centenario de esta tradición que, emparentada con los ejércitos, no celebra una victoria ni una derrota sino el hecho puro y simple de estar vivos. Es primavera y el sol ilumina los encinares del norte de Córdoba, de estas antiguas tierras de realengo que se libraron del moro hace tantos siglos que nada aquí les recuerda, donde las campanas doblan todavía a sus horas y el cerdo ibérico campa a sus anchas en las dehesas. Los campos están rojos de amapolas y al pie de los chaparros se prodigan las esparragueras







miércoles, 1 de marzo de 2017

La música de las esferas

Yo tenía 26 años y él 31 cuando en el Bar Bahía, de la Albufereta, me enseñó a descubrir en las tangentes y en las secantes la magia sutil que divide los átomos de la tarde sobre un tapete verde, el movimiento predecible de los sucesos de los próximos seis segundos, la compatible armonía del momento explosivo y la lentitud de los objetos que se desplazan danzando, girando, deteniéndose. Javier me enseñó la proximidad trivial del universo de Pitágoras un sábado a las ocho, me hizo escuchar en una mesa de billar la música de las esferas. 

In memoriam Javier Amigo
 (Granada, 06.11.1955 - Alicante, 28.02.2017)