bienvenido a la última puerta, más allá solo hay silencio

viernes, 23 de noviembre de 2018

Bajo el signo de Sagitario


Mi padre nació un 23 de noviembre y falleció, setenta años después, un 14 de diciembre; dos fechas, el alfa y el omega, gobernadas por el signo de Sagitario. Recuerdo el viaje por la carretera vacía la noche antes, oyendo a Charlie Parker, los pasillos oscuros y desiertos del hospital, aquel cuartucho deprimente donde nos dieron la noticia. El General de Alicante, donde murió, se levanta sobre terrenos que fueron del bisabuelo Eliseo y allí estaba el huerto en el que mi padre pasó su infancia. El círculo de su vida se cerró, pues, en el mismo lugar en el que había empezado, quizá un día igual de luminoso que aquel viernes en que, creo saber, volvió a casa.

Poco antes de que perdiera la conciencia le susurré al oído: Vas a un lugar maravilloso. Realmente yo no sabía a dónde iba, y sigo sin saberlo. En cuanto a sus cenizas, las saqué de la urna y las enterré con mis propias manos al pie de un pomelo, y las lluvias y los riegos se las debieron llevar hace muchos años. Tampoco el árbol existe ya. Pero algo de mi padre perdura en mí y de algún modo lo hará también en mi hija, y eso es más que suficiente. Y uno tras otro volveremos al mar del que vinimos.