La primera luna llena de la primavera nos trajo como cada año el rito de la renovación. Mientras media ciudad se sumergía en el río incesante de las procesiones, Robert Jon & The Wreck iluminaron la noche con guitarras incendiarias y convocaron a los espíritus de los Allman y de los Grateful Dead. Pasado y presente. Glory bound.
Si no puedes ver el video, pincha el enlace https://www.youtube.com/watch?v=6nww-ERknC0
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