bienvenido a la última puerta, más allá solo hay silencio

sábado, 25 de julio de 2015

Algo se ha perdido por el camino

Los conciertos de jazz en Alicante cada vez se parecen más a un concierto de música clásica. Quizá es que el jazz es ya la nueva música culta y precisa un auditorio como el de Campoamor, con sus cómodas butacas y su sonido impecable. Y los músicos, algunos, se adaptan al entorno, ofrecen un actuación irreprochable y ausente de emoción, y la vida sigue. 

Por el camino han quedado las veladas bajo la luna en el puerto o en el tossal, donde el sonido a veces imperfecto se subsanaba con el placer de sentir la música a tu aire, y estabas de pie si te apetecía y bailabas cuando te lo pedía el alma. Anoche Dee Dee Bridgewater indicaba al obediente público en qué canciones debía levantarse y en cuáles volver a sentarse. Y se aplaudía con un extraño fervor que me recordaba a cómo los vieneses aplauden en el concierto de Año Nuevo los sones de la marcha Radetzky.

Pero el jazz nació y vive en otro ambiente, ése en el que es posible tomar una cerveza con los amigos, ver actuar a músicos que muchas veces no sabes quiénes son. Por eso quizá éste sea el último año en que vuelva al reluciente Fijazz de Alicante. Prefiero quedarme con el recuerdo de aquellos tiempos en que todavía me emocionaba. Aquellos años mágicos.


Toquinho y Maria Creuza, Alicante, 2008

Si no puedes ver el video pincha el enlace  https://www.youtube.com/watch?v=4WfzuLTiKG8&feature=youtu.be


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