bienvenido a la última puerta, más allá solo hay silencio

viernes, 25 de marzo de 2016

Viernes Santo

Con la luna de anoche todavía en el recuerdo, esa primera luna llena de primavera que ritualmente marca año tras año el inicio de la Semana Santa, inicio la subida desde Mutxamel a Sant Vicent del Raspeig, que no es subir al Gólgota ni de lejos, pero deja sentir las cuestas del camino en las piernas. Hago mis estaciones, caóticamente, y mi Cirineo es una botella de agua osmotizada.
José hace ya años que no alquila sillas ni mesas, el desorden de la parcela le delata, y el número de teléfono que no empieza por 96 también. Tal vez José, que tiene nombre de carpintero de Galilea, se haya ido a ese lugar que está en todas partes y que se llama "Ansiedad".
La ansiedad es una región del mundo superpoblada y también es un desierto en el que esa palabra aparece en un cartel sobre una valla de aluminio. Esta vez el número de teléfono es posible y promete la cura. A cambio de no sabemos cuánto, la hipnosis representa la solución, pero ¿podríamos decir que no vivimos hipnotizados ya? Quizá tu realidad sea Matrix y no lo que piensas que es.
En cualquier caso, te lo advierten: los malos existen, aprende a defenderte de ellos. O no. Jesús no lo hizo y eran muy malos. Bebió esa amarga copa. Pudo y no quiso. ¿Por qué? Seguro que esa pregunta te la hiciste al menos una vez en tu vida. Puede incluso que te la sigas haciendo. 
La respuesta te la ofrecen en cualquier esquina en la que haya una parroquia, y también en mitad de este páramo de la mañana del viernes más santo del año hay una promesa. "Dios te ama". Pero todo indica que sólo los domingos once horas, o a las once horas del domingo. No está claro. Y ya lo he dicho: hoy es viernes.
El Maigmó en el horizonte me señala el camino por la partida de Torregroses. Al volver a casa, en algún momento de este día me sentaré frente a la pantalla y veré "Jesuschrist Superstar" y, una vez más, simpatizaré con ese Poncio Pilatos que, incapaz de comprender, lava sus manos frente al Cristo. Me fascinan esos personajes que cumplen un papel desagradecido y antipático pero sin los cuales la misión del héroe no puede llevarse a cabo. Pilatos, el Profesor Snape... Quizá el Viernes Santo sea su día y no lo sepamos.



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